Asamohita Gyan se lamenta su decimonoveno intento para asegurar el marcador.Por fin ganó un equipo africano, Ghana, y no a cualquier equipo, sino que a la favorita República Checa. Fue por 2-0, pero debió ser por 5 o 6. Los ghaneses se fallaron más goles que Waldir cuando era chibolo. Hicieron que Cech trabaje más que en el Chelsea y demuestre porque es uno de los mejores, pero sin duda, ellos mismo se preocuparon también en fallar más de la cuenta.
Por momentos, se equivacaban tanto, que Chequia, con 10 jugadores, parecía que le hacía gol del empate en cualquier momento. Desde nuestro sofá sólo pensabamos esa frasecita maliciosa "goles que no haces, goles que te hacen". Pero los checos mas bien, gritaban en el estadio, en su lengua de origen y a todo pulmón "sí se puede, sí se puede". Pero no pudieron, y eso que los ghaneses los hacían sufrir hasta que llegabana al área chica, donde empezaban a hacer camotes y nunca el gol.
Se atrevieron a fallar un penal. Claro, Asamoah Gyan, estaba aturdido porque le mostraron una amarilla antes por haber pateado el penal sin que se lo hayan permitido. Seguro un pitido sonó en su mente y el pateó, cuando los demás jugadores, y todo el estadio, y todos los televidentes, veían como el árbitro Elizondo expulsaba a Ujfalusi.
Para finalizar, en un contragolpe voraz, esos que hubo muchos, Pimpong, solo frente a Cech, le dio pase al de la izquierda que estaba en offside, y no al de la derecha, que no estaba. Estos negros no saben golear.
Fuente: ATV
