Como quien dice, el mundo da vueltas, y para Italia se cumplió. Cuando ya acababa el partido, una entrada por derecha de algún jugador italiano que no recuerdo porque el TV de acá se ve doble y no se distinguen los números, se tropezó con un defensa australiano que no tenía la mínima intención de hacer la falta y le cobraron penal. ¿Una injusticia? Parece que sí, pero más parece una devolución por lo que pasó cuatro años antes, cuando Byron Moreno se encargó de eliminar los ánimos italianos cobrando cosas inexistentes hasta expulsar a Totti de ese recordado Italia-Corea del Sur, que finalmente ganaron los asiáticos con gol de otro. Esta vez, la balanza pesó para el más fuerte, así que váyanse preparando, que otro grande se metió entre los ocho mejores, y esperará a un outsider que salga del Suiza-Ucrania. Ah, por cierto, Totti marcó el penal, no le temblaron las piernas, ni el recuerdo de esa expulsión ni el penal fallado de Baggio en el 94 afectaron para que este jugador de categoría haga lo que tiene que hacer, a pesar de las injusticias.
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